Como de costumbre me dirigí temprano, 7.15 a. m., a las oficinas de la "Compañía Dominicana de Teléfonos", que así se llamaba la CODETEL de hoy. las calles estaban medias vacías y militarizadas, existía desde muy temprano algo pesado en el ambiente, desde las 10 p.m. de la noche anterior los jóvenes regresaban a sus casa por la velocidad y cantidad de cepillitos del SIM en las calles y de los militares en camiones. Al llegar a mi trabajo me encontré con una cantidad de militares nunca antes vista por nosotros regados por todas partes en el parqueo. Entre por la parte de atrás y me dirigí a las escaleras de entrada a la planta o equipos, como le decíamos los técnicos de entonces, con la impresión de que algo muy grande estaba pasando. Al comenzar a subir las escaleras oí un susurro que decía "Fiallito, Fiallito", volité la cara y me encontré a la Sra. LOLITA DE MOYA que con una puerta semi abierta me señalaba con la mano que fuera hacia donde ella. Por la forma y por su cara confirme lo que pensaba. Casi al oído me dijo "Mataron al chivo, le dieron un tiro de gracia",. La mire como preguntándole algo mas pero ella siguió hablando "Llama a tu papa para que lo comunique para afuera". Subí las escaleras y cuando abrí la puerta me extraño que NO HABÍA GUARDIAS, solo el cuarto de operadoras estaba vigilado. Llame a mi padre, que teníamos varios años sin comunicarnos, y le explique que preguntara por mi para que los guardias lo dejaran pasar pero que viniera urgente. Al poco rata subió y al verlo le pregunte "Y como te dejaron pasar sin llamarme" a lo que me dijo "Cuando me vieron con este uniforme y tantos ramos en el kepis y galones en los hombros, ni me preguntaron!". Llamé a la Sra. De Moya y al poco rato me enteraba de los detalles de la muerte del tirano. Don Máximo, que así se llamaba mi padre, debería comunicarlo al exterior. Tiempo después supe que había pasado a un piloto de Panam (PAA) un papelito con los detalles y que por teletipo que había conectado en los transmisores situados en la pista del aeropuerto, hoy de las americas, pasado a Miami a alguien la misma información.
Baje al almacén y en el camino me encontré con FERNANDO DE LA ROSA, le hice señas que me siguiera y nos reunimos con BUYE encargado del almacén. Nos sentamos detrás de unos bultos y conversamos de lo sucedido. Buye salio en una guaguita de la compañía y regreso con par de cervezas y vasos, comenzamos a brindar y al poco rato aparecieron mr. PURDI y mr. IRVINE, dos canadienses, el primero "jefe" de planta exterior y el segundo el de mi departamento. De inmediato preguntaron "Que pasa aquí", la respuesta fue "Celebrando la muerte del chivo, de Trujillo", Irvine se metió la mano en el bolsillo, tomo un vaso en la mano, nos paso dinero y nos dijo "Beban por sus luchas por venir". Esos fueron sin lugar a dudas los primeros extranjeros en suelo patrio que brindaron por el echo consumado, esas palabras se quedaron por toda mi vida y hasta ahora siguen estando vigente en nuestro pueblo, HASTA CUANDO, NO SE?. Fuimos tres castorcista que sus ideales hasta la fecha no se han cumplido!!!.
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