Mi llegada a la USD fue, hasta cierto punto, traumática; mi última temporada en la Liga del Cine había finalizado a todo vapor y sabía que podía pertenecer al equipo “varsity”. Soñaba con exhibir el “jacket” azul con las letras de “Mi universidad” que tanto admiraba cuando en el conde pasaban esos atletas. El primer paso eran los intramuros; Amiro García, compañero de muchos años y muchas batallas deportivas, se me acerco y abordándome sin preámbulo me dijo “No tenemos dirigentes en el softball y tu eres el indicado pues deseamos barrer en todos los deportes”. Amiro era junto a Pepito Menéndez los únicos dos varones que podían abrir la nevera de mi casa y comerse o beberse los dulces y jugos que mi señora madre guardaba y además besarla en público en plena calle del conde. Ante esos hechos consumados y ese grado de amistad, no podía negarme a dicha labor y de inmediato comencé a moverme en la facultad para formar su equipo representativo. Efectivamente, ganamos en volibol, básquet, beisbol y softball.
Aquí comenzaron mis problemas. Me incorpore lo más rápido que pude y luego de un mes de prácticas e intercambios con otros equipos salió el listado y yo no aparecí. Me dirigí a las oficinas de deportes para hablar con el “Rabbit” solicitando una explicación por lo sucedido. Ni boliche, ni otro incumbente de la segunda base habían mejorado mi actuación. La respuesta fue simple “Con Fiallito pasamos muchas y no quiero pasarlas contigo”. Me quede mudo, di media vuelta y salí con algo clavado muy adentro, “Entonces voy a jugar en contra de mi universidad”, como era posible, ¡Mis sueños de tantos años!”. Me dirigí esa tarde a las practicas del PEPSI COLA, hable con HORACITO VERAS y le contesté que sí, que jugaría con él.
José Luis López estaba junto a mí en segunda, el campo corto era Víctor Plá (Galillo) por lo tanto debía jugar tercera un juego y el otro segunda, acepté la propuesta y comenzamos el torneo. Llegamos al día que tenía que llegar; El día del enfrentamiento con la USD. Me extraño mucho no aparecer en el “line up” pero no dije nada. En el segundo juego, semi oscuro, último inning, home club, dos out, me llaman a tomar ese turno de emergente. No recuerdo el lanzador solo tengo en la memoria como una foto el hit al bosque derecho para dejar en el campo a Mi USD.
Llegando al final del torneo quedamos empatados con la USD y debíamos jugar el juego de desempate en sus terrenos. Era un domingo en la mañana, no había podido dormir bien la noche anterior pensando si jugaría. Me cambie calladito y mi mamá, la única persona que reconocía hasta mis pensamientos más íntimos me preguntó, “¿Con quien juegas que estas tan callado y pensativo?”, contra la USD le conteste, no dijo más nada solo me paso la mano por la cabeza y salió de mi cuarto. Ella si sabía lo que estaba pasando por mi mente. Llego el momento del juego y aparecí como siempre en el tercer turno al bate. El juego llego al octavo episodio con un empate, dos fuera y hombres en tercera y segunda, cuando caminaba hacia el plato Horacio lo hacia al montículo. "Me vas a dar la base, no sirvo para jugar con Uds. y me vas a dar la base intencional". No sé cuantas cosas más dije, lo que se fue que la bola rebotó pegadito a la pared por la raya del jardín izquierdo y anotamos dos carreras que a la postre nos dieron el triunfo. Tiempo después y ya jugando de la USD le pregunte a VENTURA GARCIA lo que conversaron en el montículo me comento “Discutimos si lanzarte o no y le decía que me ibas a batear, que siempre lo hacías contra mí, y él me obligo a lanzarte".
Fue un día de euforias, alegrías, dolor muy dentro del alma por haberlo hecho contra MI USD, sobre todo porque sabía que no le ganaríamos al CAMI que era nuestro contrincante para el campeonato distrital, como en realidad sucedió.
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